españoles en Silicon Valley

¿Quiénes son los dos españoles que acaban de ‘levantar’ 25 millones de dólares en Silicon Valley?

A mediados del año 2013, un joven Carlos González de Villaumbrosia hizo sus maletas y viajó hasta la cuna de Silicon Valley, San Francisco. El acompañante que tenía era Floqq, una startup de índole educativa que nunca despegó y que tan solo un año luego de su llegada decidió abandonar. 

Pero este joven español seguramente no imaginaba que durante el 2021, casi una década después, seguiría en San Francisco, pero ahora con un proyecto nuevo y con la exorbitante cantidad de 25 millones de dólares en capital de la compañía.

Carlos González era el jefe de producto de Floqq y esta era una posición que, según su criterio, muchas empresas requerían, pero apenas y encontraban perfiles nuevos. Entonces aquí fue cuando surgió la idea: “¿Y si creó una escuela de formación que eduque a los futuros product managers?” Aquí es donde comenzó toda la historia.

Slack,  Google, YouTube, Facebook y la docencia

Durante la mitad del año 2014 tuvo lugar la Product School, misma que comenzaba a dar sus primeros pasos con un ligero inconveniente: no contaba con ninguna clase de capital por parte de financiación externa. 

Para dar solución a ello, González era el único profesor de esta escuela y estuvo durante dos años trabajando en una mesa de “coworking” que compartía con otras personas. Los cursos, que en los comienzos solo eran presenciales, los ofrecían alquilando diferentes tipos de salas de reuniones.

Poco a poco la idea fue creciendo a través del modelo de negocio “bootstrapping”, es decir, sin ninguna clase de financiamiento externo, únicamente nutriéndose del propio capital que cancelaron los alumnos que había por el momento. Cuando todo comenzó a mejorar, la lista de profesores se fue ampliando, pero algo estaba claro, la idea no era que contaran con perfiles académicos, sino perfiles profesionales actualizados que laboran como “product managers” en las mejores empresas del valle del silicio.

De esta manera es que fue posible convencer a grandes líderes que actualmente plantean los objetivos de diferentes departamentos en compañías como Facebook, Google, Slack y YouTube.

El apoyo, el recuerdo y el ahora

En esta compañía, González cumplió las funciones de CEO con el apoyo de su hermano Fernando como CPO. Fernando recuerda claramente el lento crecimiento que tuvo el proyecto enfatizando en que las clases siempre fueron presenciales, lo cual los forzó a abrir su primera sede en San Francisco. Mientras se conseguían más recursos el plan era abrir más cursos pero en otras ciudades, y después en otras… Esto fue así hasta que ya, casi sin darse cuenta, estaban presentes en 16 campus, 14 en los Estados Unidos, 1 en el Reino Unido y el otro en Canadá.

Pero ya para su campus número 17 indican que les resultó como una “pandemia premonición”. Este fue abierto con el pensamiento de que las personas no se encontraban en los otros 16 campus, pero observamos que muchas de ellas estaban prefiriendo las alternativas en línea en vez de lo presencial. Lo demás fue historia y la pandemia “paradójicamente” les vino de maravilla.

Sin financiamiento, 10.000 estudiantes y una rentabilidad desde sus inicios

En la actualidad, Product School presume cifras de crecimiento de hasta el 50% por año, habiendo empezado desde una pequeña sala hasta llegar a formar a poco más de 10.000 personas en todo el mundo. Pero algo en lo que enfatizan sus fundadores es en la rentabilidad que, desde un comienzo, se mantuvo sin requerir de rondas de financiamiento.

En esta plataforma cada estudiante cancela 4.500 dólares por cursos bimestrales a tiempos parciales, algo que resulta mucho más accesible que los MBA.

Es sobre este contexto en donde más de 25 millones de dólares han llegado a la empresa. El financiamiento proviene de Leeds Illuminate, un fondo estadounidense creado en el 2020 que se especializa en la formación digital. Pero además, han entrado al juego también dos empresas vinculadas al sector, como Mursion con un aproximado de 20 millones de dólares y Eruditus Executive Education estimando una inversión paulatina de poco más de 110 millones de dólares.

Que estos fondos se hayan creado hace poco y ya se haya invertido tal cantidad en tres compañías diferentes no parece algo realizado por mera casualidad. La formación “online” tiene ya varios años desarrollándose, pero la pandemia fue ese punto de inflexión que se necesitaba para acelerar todo este proceso.

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